Maridajes de alimentos y bebidas. Ya se encuentran en el antiguo Egipto, Grecia y Roma, donde podemos observar el refinamiento y la evolución de los tiempos. Tras los diversos cambios en la historia culinaria mundial desde finales del siglo XX, la evolución de la ciencia y la revalorización y creencia en el terruño han impulsado el acto del maridaje en la mesa gastronómica mundial. A ello se ha sumado la influencia de Covid-19, que ha creado un nuevo ámbito de asociación con las bebidas no alcohólicas.
Japón, por su parte, ha sido tierra de estaciones desde la antigüedad.
Los cocineros profesionales y los gastrónomos que han visitado Japón han sido testigos o han oído episodios de expresión culinaria, criterios de selección de ingredientes y motivos cambiantes en la repostería japonesa. La redacción de las cartas cambia, al igual que los motivos de los kimonos. El hecho de que todo en la vida cotidiana cambie con las estaciones es un rasgo importante de la cultura japonesa.
Pero extrañamente no ocurre lo mismo con las bebidas. Aparte de la decoración superficial de la cerveza, que es objeto de una intensa competencia comercial, las bebidas que reflejan las estaciones son escasas. Sólo recientemente hemos visto que el sake se adapta a la estación.
En estas condiciones, hay muy pocos creadores en el campo de la gastronomía, pero hay algunos que intentan combinar bebidas alcohólicas y no alcohólicas con comida y hacer que la gente disfrute de los delicados cambios de estación.
Tatsuya Uesugi es uno de ellos. Aunque es originario de Tokio, Uesugi se inspira en el rico sentido de la estacionalidad que conserva Kioto en su conjunto incluso en estos tiempos, y en el estilo de vida estacional de sus ciudadanos cuando entran en contacto con la comida, y sus actividades creativas siguen brillando en hoteles y restaurantes nuevos y reformados.
Es una zona en la que estamos impacientes por ver qué ocurre en el futuro. Esperamos que disfrute de este inspirador vídeo.