WANA YOOK Bangkok

En el dinámico y competitivo mundo de la alta cocina en Bangkok, el chef Chalee Kader se destaca como un verdadero visionario, no por inventar una nueva cocina, sino por elevar magistralmente un plato callejero a la categoría de arte con estrellas Michelin. En su restaurante Wana Yook, Kader ha transformado el querido "khao kaeng" —un sencillo plato de arroz y curry— en un viaje culinario elegante y profundo.

La historia profesional del chef Kader es tan distintiva como su cocina. Nacido y criado en Bangkok, cursó sus estudios en Estados Unidos, lo que le dio una perspectiva única que fusiona sus raíces tailandesas con una sensibilidad occidental. Su formación culinaria fue en una cocina francesa de alta gama, donde perfeccionó sus habilidades bajo el chef Carlos Gaudencio en el renombrado Le Normandie. Esta experiencia diversa —una profunda comprensión de los sabores tailandeses junto con un dominio de las técnicas clásicas europeas— ha proporcionado la base perfecta para su enfoque innovador. Antes de Wana Yook, Kader fue aclamado por su filosofía sostenible del "nose-to-tail" en 100 Mahaseth, un restaurante que recibió la distinción Bib Gourmand de Michelin.

Wana Yook es la culminación de este viaje. Ubicado en una hermosa casa colonial de 100 años de antigüedad, el restaurante ofrece un menú de degustación íntimo que es un sincero homenaje a la esencia misma de la cultura tailandesa. El núcleo de la experiencia es la deconstrucción y reinvención del "khao kaeng", donde cada plato presenta un curry distinto y una variedad única de arroz meticulosamente seleccionada de diferentes regiones de Tailandia. Esta dedicación a celebrar la agricultura local y los diversos terruños es fundamental para la visión de Kader, haciendo de cada comida una historia de la tierra y su gente.

La filosofía culinaria de Kader se define por un profundo respeto por el sabor auténtico, combinado con un audaz espíritu de creatividad. Él sostiene que, si bien sus técnicas pueden ser modernas y sus presentaciones artísticas, el alma verdadera de la cocina tailandesa —su complejo y perfecto equilibrio de picante, agrio, salado y dulce— nunca debe perderse. Desafía la noción de que un plato simple no puede ser sofisticado, demostrando que con una mano maestra y una profunda comprensión de los ingredientes, un plato común puede alcanzar la cima de la gastronomía. Su genio reside en esta capacidad de destilar la esencia de un plato para luego reconstruirlo, sorprendiendo a los comensales con nuevas texturas y combinaciones de sabores inesperadas, sin dejar de ser profundamente familiar. A través de Wana Yook, Chalee Kader no solo sirve comida; preserva una parte del patrimonio de su país e invita a los comensales a redescubrir la profunda belleza en las comidas más fundamentales de Tailandia.